El Arsenal londinense estaba obligado a ganar
para seguir soñando con el título y para seguir en la pelea por los puestos de clasificación
a Champions League, enfrentaba al último colocado el equipo de Gales, Swansea.
Se esperaba que el Arsenal demuestre una recuperación y un mejor rendimiento en
relación a su último partido de Premier en el cual tan solo consiguió rescatar
un empate frente al Bournemouth.
Los tres puntos y los goles llegaron el Arsenal
goleó por 4 tantos contra 0, sin embargo el fútbol desplegado por los
londinenses fue muy limitado y preocupante para lo que resta de la temporada,
ni el retorno de Mesut Ozil al equipo titular mejoró los circuitos de juego. Al
Arsenal siempre se le complican los partidos contra rivales de menor porte que
acostumbran a defender su arco con dos líneas de cuatro bien compactas, no es
capaz de romper estas líneas, carece de creatividad, abusa de las bolas
cruzadas y la tenencia improductiva del balón. En gran parte del primer tiempo el partido se le complicaba, con todas sus limitaciones el Swansea
buscaba el arco rival y Arsenal lo dejaba venir principalmente para intentar
recuperar el balón y encontrar espacios de contra. A los 37 del primer tiempo
Giroud conectó un centro tras una serie de rebotes en el área para encaminar a
los Gunners hacia una nueva victoria. Desde ese instante el resultado del partido
ya estaba juzgado, el Swansea no mostraba una reacción y Arsenal intento ser
más incisivo en ataque para encontrar una ventaja mayor. Destaque especial para
el joven nigeriano Iwobi, que fue el único que intento hacer algo diferente
siempre encarando a la defensa rival y proponiendo los duelos individuales, de
sus pies salieron el segundo y tercer gol, ambos remates fueron desviados por
jugadores rivales antes de encontrar las redes. Alexis Sanchez puso cifras
definitivas conectando un mal despeje de la defensa rival.
Una victoria para seguir pegado a los líderes
pero que enciende una señal de alerta, los cuatro goles fueron producto de
errores defensivos y no de virtudes propias. La frustración por el bajo volumen de juego demostrado se hace evidente en algunos jugadores, el que más lo expresa es el chileno Sanchez, en el anterior partido de premier discutió bastante con su compañero Ramsey y en el partido de esta semana se molesto excesivamente cuando fue reemplazado, al parecer siente que la lucha por títulos esta distante. El equipo de Wenger necesita mejorar la que por mucho tiempo ha sido su principal característica, el juego colectivo, ya que hoy en día depende mucho de las individualidades.
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