El 10 de noviembre de 2016 nuestra selección Boliviana
escribió una de las páginas más tristes de su historia (si no la más), siendo
vapuleada por una Venezuela que históricamente es la única selección contra la
que tenemos una retrospectiva favorable.
Nos pasó por encima un equipo que en diez
partidos tan solo había obtenido dos puntos y es que hoy por hoy esa es nuestra
realidad, más allá de que los puntos retirados en mesa determinarán nuestra posición en la tabla, nuestra realidad es que después de 11 partidos somos los últimos con 4 puntos, 9 Goles a favor (el peor de toda Sudamérica en este rubro)
y 31 en contra (equipo que más goles recibió). Desconsiderando el castigo de
FIFA nuestros números no mejoran, 8 puntos, 11 goles a favor y 25 en contra,
seguimos teniendo el menor número de goles marcados igualados con Paraguay y
Argentina, en el rubro de goles recibidos solo Venezuela se encuentra debajo
nuestro habiendo recibido 26 goles, la misma a la que nuestra selección no pudo
hacerle ni un gol. El gol diferencia de Bolivia es igual a -14, el peor de
todas las selecciones participantes. Los fríos y simples números muestran
nuestra realidad, la selección de Bolivia está perdida no sabe a qué jugar, no es fuerte en ningún
lugar de la cancha y peor aún resulta imposible encontrar una virtud técnico táctica
a un equipo que deambula por la cancha sin saber qué hacer. Cuando salimos de
nuestro territorio la selección siempre intenta esperar al rival en nuestro
campo, intentando ser bastante compactos y cuando tenemos la pelota intentar
hacer daño como se pueda, en palabras más simples aun, defendernos como sea y
esperar una pelota parada. Esta forma de jugar a lo largo de la eliminatoria nos
ha rendido tan solo un punto ante Chile, estuvimos cerca de conseguir resultados
en Ecuador y Paraguay, donde nuestros valientes guerreros no pudieron aguantar el último tramo del partido. Estos
tres partidos en los cuales tuvimos un mejor rendimiento como visitante se dan
solamente por el amor propio, grandes actuaciones de nuestros arqueros y un poco de suerte, pero cuando falta un poquito de estos tres
ingredientes pasa lo que paso ayer, cuando nuestro gran héroe en Chile comete
errores infantiles y tiene un rendimiento muy por debajo de su nivel no
encontramos respuestas, en menos de 15 minutos ya habíamos recibido dos
goles y no hay fuerza de voluntad que nos saque adelante, nuestros jugadores se
deprimen se vienen abajo así como todos los Bolivianos que acompañamos por la
pantalla chica, no tienen respuestas no saben cómo hacer daño al rival, el
libreto no es claro, hasta ahora no lo es con Hoyos ni lo fue con ninguno de los últimos técnicos que
pasaron por la selección en los últimos años.
El plan de juego cuando jugamos de local mejora un poco gracias a la única virtud de la Selección, y convengamos la misma es totalmente ajena al campo de juego, nuestra fiel “Altura”, la que mete miedo a los rivales, aunque cada vez menos, nos permite intentar proponer un poco más de mitad de cancha para adelante, todos los Directores Técnicos que pasan por nuestro banquillo nos dicen lo mismo la forma de jugar aquí es con mucha velocidad, laterales rápidos con mucho ida y vuelta, abrir la cancha para envolver al rival. Estamos ya cansados de escuchar este mismo discurso y ver en la cancha una cosa totalmente diferente.
Nada en contra del actual entrenador pero
necesitamos a alguien mejor, que sea más capacitado, que pueda dejar más
enseñanzas, porque si señoras y señores el técnico hace la diferencia, salvando
las diferencias analicemos lo que pasa con los grandes de Sudamérica, Brasil hace
5 fechas estaba fuera de zona de clasificación sin identidad futbolística y
perdido en la cancha, hoy por hoy con el mejor técnico brasilero al frente del
equipo recupera el respeto de a poco y es el primer colocado en la
clasificatoria. Argentina que esta comandada por un técnico que no está
capacitado para dirigir a una Selección de este porte y llego ahí por los
problemas políticos de AFA y las pocas opciones en el mercado, está perdida no
sabe a qué juega y sus chances de ir a Rusia están seriamente amenazadas, no es
una gran predicción pero seguramente después de la siguiente fecha Argentina
buscara otro director técnico. El técnico hace la diferencia y tenemos que
buscar a nuestro “Tite”, tenemos que buscar a la persona que sea el capitán de
un nuevo proyecto. Los bolivianos queremos hacer buenos partidos, ver que
nuestro equipo tiene un crecimiento gradual, entender a qué jugamos, basta de
ilusionarnos con un buen resultado para después volver a la realidad. Es hora
de apostar más fuerte y buscar alguien aún más preparado que nos permita crecer,
alguien que nos pueda enseñar, alguien que haya triunfado fuera del país y
pueda ayudarnos a crecer. Muchos creen que no existe dinero para un buen
profesional, Bolivia recibe al igual que todas las Federaciones montos
considerables, el problema es que no hacemos nada con ellos. Necesitamos otro
modelo de gestión gente joven que esté dispuesta a ayudar al fútbol y no a
vivir del mismo, gente que no quiera perpetuarse en un cargo y que más bien
quiera dejar huella y enseñanzas.
Por ultimo quiero hablar del jugador Boliviano,
esos muchachos que dan la cara, que se ponen la verde y son el blanco de críticas
de la gran parte de la prensa y del país. Es justo que seamos tan críticos con estos muchachos
que no tienen las condiciones suficientes para crecer profesionalmente, resulta imposible comparar las condiciones en las que se forjaron las estrellas de nuestros rivales y las nuestras. En
Bolivia no valoramos a los deportistas, no existe una estructura que nos permita
prepararnos y estar listos para competir contra nuestros pares sudamericanos.
El futbolista Boliviano tiene talento pero no le permiten crecer, la gran mayoría
no consigue salir a jugar fuera del país y los que salen acaban siendo
coadyuvantes en países sin tradición futbolística, hace mucho que no tenemos un
jugador que destaque en ligas sudamericanas y menos europeas, acaso nuestros
jugadores no tienen talento o no pueden competir al más alto rendimiento en otros países. Yo soy uno de aquellos que creen que están capacitados pero esta generación de futbolistas sufre con que
nuestro fútbol ha sido totalmente desvalorizado, ningún club en Sudamérica está
dispuesto a contratar un jugador de la peor selección de Sudamérica. Los
futbolistas Bolivianos consiguen llegar a un nivel jugando en los torneos
locales y sin poder migrar a otros países no pueden seguir desenvolviéndose y
quedan presos en ese nivel, necesitamos volver a exportar jugadores, esa es otra
de las lagunas de nuestro fútbol.
Es hora de decir basta, no podemos caer más
abajo, nuestro fútbol ha tocado fondo una vez más, es hora de
crear una filosofía de fútbol para nuestra Selección y recuperar el respeto de
nuestros rivales a partir de un proyecto serio porque los Bolivianos merecemos
tener derecho a soñar en vernos una vez más en un mundial.
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